Una vez apoyado el soporte sobre la superficie, un copioso riego finalizará la plantación poniendo el sistema radicular y el suelo en íntimo contacto y desplazando el aire que pueda haber quedado entre las raíces.
En pocas horas, la plantación presentará un aspecto totalmente adaptado a su nueva ubicación y parecerá que ha estado siempre allí. Las plantas cubrirán totalmente la superficie en tiempo récord con un inmediato efecto de acabado.